El alma con cada encarnación realiza un plan con los aprendizajes clave necesarios para sus desarrollo evolutivo, por ejemplo aprender sobre el perdón, el amor, la compasión, la humildad...
Dentro de ese plan estructura su propósito de vida, de encarnación en la familia elegida, encuentros con otras almas encarnadas para seguir aprendiendo juntas planes establecidos previamente por ambas... y cuestiones pendientes de vidas pasadas por integrar sus aprendizajes.
Sería algo así como hacerse un planning de estudios al ingresar en una escuela pero en la vida física, y como asignatura el amor, por ejemplo.
Luego, el día a día va a depender de las decisiones de cada uno que con su libre albedrío se hace uso diario y continuo (es ley universal).
Libre albedrío para decidir cómo reaccionar y responder frente a las circunstancias y hechos... pues si hoy por ejemplo no apetece estudiar pues uno decide hacer eso y tendrá unas consecuencias u otras, en función de los casos.
Pues lo que está claro es que el curso escolar es obligado cumplimiento y hay que aprobarlo tarde o temprano.
Para el alma el tiempo es infinito, y una encarnación un suspiro en el Universo, así que no le supone un problema pues sabe que igualmente no existen las decisiones erróneas ya que todos son aprendizajes acumulados muy enriquecedores y sin juicio de valor.
En los planos espirituales no existe el tiempo ni el espacio, ni el pasado ni el futuro, tal como aquí lo concebimos.. solo un eterno PRESENTE.
Por tanto, el Plan del Alma sigue su desarrollo el tiempo necesario para cumplir sus propósitos.
Otra cosa es en el propósito de vida en cada encarnación, haciendo balance de lo que queda pendiente dentro de su Plan mayor. Y lo que estaba escrito en Contratos Sagrados puede haber sido desde la primera encarnación, y llevar así miles de años para cumplirlo, sin representar ningún tipo de problema.
El Universo es muy amplio y cuenta con muchas escuelas para seguir aprendiendo infinitamente, ahora estamos en la Escuela de la Tierra, llena de emociones muy enriquecedoras para el alma y ella lo disfruta llena de emoción como cuando de niños jugábamos un partido de juegos donde nadie gana ni pierde, y todo el mundo gana en experiencias emocionantes!
Tamara Jaramillo
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